
Se llamaba el rincón de Manolo y estaba regentado por la familia García.
Era una tienda muy especial, donde no vendían ni pan, ni leche, ni jabón. ¡No! Allí vendían cosas importantes: abrazos y besos, sonrisas, ilusiones, sorpresas, días soleados, miradas risueñas, capas con superpoderes, mapas de tesoros,…
¡Y todo lo tenían al peso o en conserva!
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