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Matilde se ha convertido en granjera. Nunca pensó que lo haría, ¡ella que se ha pasado la vida viajando por el mundo y conociendo gente nueva! Pero ahora vive en un pequeño pueblo, en una casa que comparte con el Señor Fantasma y Tía Marte. Ha montado una academia donde trabaja como profesora de italiano. A Matilde le gustan los libros, pero aún los tiene metidos en cajas de cartón. Ahora se ha propuesto desempolvarlos y colocarlos en su nueva biblioteca. Desde que el Señor Fantasma está en casa, ha engordado algunos kilos y, gracias a Tía Marte, se ha vuelto adicta al café! 

El señor Fantasma es un apasionado de la cocina y se pasa las noches preparando suculentos platos para Matilde.  Prepara igual de bien la comida italiana, que la india o la oriental. Y hace deliciosas mermeladas, yogures y panes caseros. Pero su especialidad son, sin duda, las galletas de mantequilla! Su receta es una gran secreto…

A Tía Marte le gustaba la costura, el punto,  las manualidades… y tomar  café. Un día empezó a coser, y ya no pudo parar! Lo hacía de forma compulsiva  y dedicaba las mañanas a idear nuevos patrones, las tardes a coser y  las noches a tejer.  Dejó de dormir, dejó de comer y lo vendió todo para poder seguir cosiendo. Cuando llegó a casa de Matilde ya no le quedaba nada, salvo sus telas y una vieja máquina de coser. Ahora, con la ayuda de Matilde, ha montado un taller de costura. Se llama Costuras en Marte’s y allí enseña a coser a algunas chicas y chicos del pueblo.

Hermann es el sobrino viajero de Matilde. Antes recorría el mundo en solitario, ahora ha conocido a Rose, quien se ha convertido en su compañera de viaje. Cada vez que visita una nueva ciudad, le escribe una carta a su tía Matilde para contarle todo lo que ha visto.