sábado, 21 de septiembre de 2013

HERMANN EN MOGARRAZ



Este año la carta de Hermann se había extraviado y llegaba algo mas tarde de lo habitual. Lo que aún no sabía Matilde es que llegaba con novedades! Decía así:
Hola tía:
¿Qué tal se está portando el verano? ¿Habéis tenido buen tiempo en el pueblo?
Este año nosotros hemos tenido suerte y no hemos encontrado tifones, olas de calor, incendios forestales ni inundaciones! De echo hemos pasado unos días en Salamanca y hemos disfrutado de una temperatura muy suave para la época del año.
Nos hemos alojado en Mogarraz, un pueblo precioso y muy tranquilo que aún no ha sido conquistado por los autobuses cargados de turistas. Llegamos allí el día en que celebraban su último día de fiestas, así que tuvimos la oportunidad de ver la plaza del pueblo llena de lugareños animados por la banda municipal, mientras esperaban para ver una corrida de toros. El ambiente previo fue muy alegre, pero la cosa se torció cuando un aprendiz de torero intentó sin éxito, una y otra vez, matar a un toro que se resistía a ser menú de tanto comensal!
Al día siguiente la plaza respiraba la resaca de la noche anterior y, tristemente, ahora eran los coches quienes, a modo de parking, ocupaban el lugar mas importante del pueblo…Y yo me pregunto: Si a nadie se le ocurre guardar el coche en el salón de su casa, por qué nos empeñamos en convertir las plazas de los pueblos en improvisados aparcamientos de coches?
¡Pero basta de críticas, y vamos a lo importante! Como veras, tía Matilde, en la carta no he hablado en primera persona sino en plural, y es que tengo una cosa que contarte: ¡Ya no viajo sólo, ahora tengo una compañera de viaje! Se llama Rose, la conocí el verano pasado y desde que estamos juntos ha cambiado mi vida! Tengo muchas ganas de que la conozcas, te va a encantar! Es como un sol, muy tranquila y siempre sonriente!
Espero que podamos vernos pronto y enseñarte todas las fotos del verano.
Muchos besos para ti, el Señor Fantasma y la Tía Marte!
Tu sobrino Hermann

Matilde dobló la carta y volvió a meterla en el sobre mientras imaginaba cómo sería Rose y la cara de felicidad de su sobrino junto a ella. ¡Que buena noticia!

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