Matilde caminaba nerviosa por el salón. Había recibido una llamada inesperada y aún no podía creer lo que había pasado. Había sido a la hora del café. Y había sido la mismísima Directora Superior de la Asociación de Academias de Italiano de la Comarca (de nombre Rakel) la que le había comunicado que le habían otorgado el Premio Dardos por su trabajo en la pequeña academia de italiano del pueblo. Pero además, ahora ella debía seleccionar a 5 alumnos o profesores para ser nuevos candidatos al premio. Matilde estaba dudosa… Pensó en Antxeta, una chica inquieta y sonriente que hacía unas tartas maravillosas... Pero también se acordó de Unaiara, aquella superwoman que, además de dedicarse a su profesión, cuidaba de sus hijos, hacía comidas exquisitas, cosía, tejía y siempre estaba de buen humor!... o tal vez... Matilde no dejaba de pensar... Cuanta responsabilidad!
No sé como lo consigue Matilde, pero siempre consigue emocinarme. Gracias a Matilde y el Señor Fantasma por estar ahí, y enseñarnos esas maravillosas cosas que hacen.
ResponderEliminarME ENCANTA MATILDE Y ME ENCANTAS TÚ, Y SOBRE TODO, DISFRUTO LEYÉNDOTE,SIGUE HACIÉNDOLO IGUAL DE BIEN
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