Solo hacía tres semanas que Tía Marte se había presentado por
sorpresa (y con intención de quedarse) en casa de Matilde.
Solo hacía tres semanas que, mientras bebían café y comían pastas, Tía Marte le había contado a Matilde que lo había perdido todo.
Al principio cosía y tejía algunos regalos para los bebés de sus amigas. Luego empezó a hacerlo para algunas vecinas y otros conocidos. Después vendió algunas cosas que ya no usaba para poder comprar mas lana, mas tela y mas puntilla y así confeccionar mas regalos. Y al final terminó vendiendo los libros, las joyas y hasta la casa porque ya no pudo parar de tejer ni de coser. Lo hacía de forma compulsiva y dedicaba las mañanas a idear nuevos patrones, las tardes a la costura y las noches a hacer patucos y chaquetitas que después regalaba a conocidos y extraños. Ya no comía, ya no dormía y ya no le quedaba nada. Ya solo quería coser y coser, tejer y tejer, y no pensaba en nada mas.
Solo hacía tres semanas y ahora, gracias a Matilde, habían encontrado una solución a su problema: era un local que habían adecuado para montar un pequeño taller de costura. Lo habían llamado Costuras en Marte’s y mañana era la inauguración.
Qué ganas de que abran ese local. Seré de las primeras en apuntarme.
ResponderEliminarSesguiré atenta a lo que nos cuenta Matilde de ese taller
ResponderEliminarTe he dejado un premio en mi blog http://isisalebien.blogspot.com.es/2012/11/primera-nominacion-los-liebster-award.html. Un abrazo muy fuerte!!
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